domingo, 26 de febrero de 2012

En un mundo descomunal, siento mi fragilidad.

No sé si conoceréis esa sensación horrible de soledad, que aparece cuando estás tu sola, en tu casa, sentada, estudiando, leyendo o haciendo cualquier otra cosa, lo que queráis hacer, me da un poco igual si la conocéis o no, para que os voy a engañar, pero hoy, me siento así. Solo tengo de compañía la voz rota del cantante de Love of Lesbian, que canta junto a Zahara, Lucha de gigantes, y el frescor del ultimo beso que mi madre me ha dado, junto con un "te quiero" que resuena aun en mi cabeza. Sus ojos cansados me miraron tristes, y agarrando fuerte la mano de mi padre, que me sonrió, y me acaricio la cara, se marcharon al hospital, a cuidar a mi abuela. No paro de pensar, en lo terrible que seria perder a esa persona, tan sumamente importante en mi vida. No quiero que se vaya, no quiero que se terminen mis visitas a su casa algún que otro Domingo, no quiero...
Y aquí estoy, susurrando el nombre del perrillo que tanta compañía me ha hecho este mes, hasta que como pasa siempre que viene, sus dueños regresan de sus vacaciones y se la llevan.
Me siento sola, me siento triste, ahogándome en un mar de lágrimas, que parecen no querer dejar de derramarse por mi cara, aún de una cría.


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