jueves, 2 de abril de 2015

Delicate.

Otra vez. Aquí está otra vez. ¿El qué? Esa angustia. Ese malestar. Estar así. En la cama, sin ganas de nada. Solo de llorar. O de gritar. O de dormir. No lo sabes ni tú. No sabes si quieres que se pase todo ya rápido o prefieres esperar a que de verdad venga. Que asquerosa necesidad de que venga. Pero es porque necesito que haga eso que hace de que parezca que el tiempo se para y que todo va genial. Porque la realidad duele y quema y si viene, no duele nada. Nada. Todo lo malo se queda tras la puerta de la habitación. Y es curioso, pero solo quiero que me salve. Solo por un día. Me siento mejor así. Que mierda. Porque cuando me dice que no viene. me entristezco. Es cierto que con otras personas también me lo sé pasar bien. Pero cuando veo que hay la más mínima posibilidad de que venga solo existe eso. El resto me da igual. Es terrible. Terrible. No sé si prefiero salir de aquí o quedarme y no tener que ver a nadie. No me apetece hablar en verdad... Así que... Mejor sola ahora, hasta que se pase la angustia o lo que sea. Y bueno... Ya casi han terminado las vacaciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario