miércoles, 1 de mayo de 2013

Te echaré de menos se queda corto.

Han pasado ocho meses. Ocho meses desde que hablé por primera vez a la tutora, corrigiéndola  diciéndola que nos había colocado mal, que me tenía que sentar a su lado, cruzando los dedos para que me pusiese a su lado, deseosa por conocer a aquella persona que tanto me había llamado la atención desde el primer día de clase. Y lo conseguí, la conocí y poco a poco muy poco a poco, me fui ganando su confianza y ella la mía, lo que en un principio fue solo puro compañerismo y simpatía se ha convertido en amistad, duradera, algo, alguien, que me hace muy feliz todos los días y que cuando falta, la echo tanto de menos, que hasta me pongo triste, porque aunque no lo parezca me complementa a diario, tenemos más cosas en común de las que ni ella misma se imagina y a pesar de todas las veces que me saca de quicio, que me amarga, no sé que haría sin ella, sin esa sonrisilla, sin esas carcajadas, sin esos abrazos, que aunque la cueste, me acaba dando y es que lo cierto es que la tengo demasiado cariño y me da miedo que todo esto se acabe aquí, porque no quiero que se vaya a ninguna parte, quiero que se quede, quiero seguir siendo su compañera de pupitre.

Las mejores cosas llegan totalmente de improvisto o eso dicen y no se equivocan, en unos meses se ha convertido en alguien con quien hablar horas y horas, hasta las tantas de la mañana, con la que llorar cuando estoy mal, con la que desahogarme y es que no se explicarlo, y os sonará absurdo, pero cuando digo que he encontrado a una autentica amiga en nunca compañera de mesa, lo digo totalmente en serio, nadie se imagina todas las tonterías que hemos podido llegar a decir en estos ocho meses, nadie sabe las historias que nos hemos contado, ni los buenos momentos que hemos vivido, que aunque al principio creyese que era una dura, una insensible, he descubierto que tiene su corazoncito escondido y creo que cuando digo que la voy a echar de menos, me quedo corta, porque me va a ser muy duro volver a empezar porque no creo que conozca a ninguna compañera mejor.
Es una verdadera amiga y la quiero como quiero a pocas personas, es muy importante y solo quiero que sepa eso, lo muchisimo que la quiero y lo feliz que me hace con sus sonrisas, con sus paranollas, con sus tonterias, con sus vaciladas, con todo lo que ella misma representa.

Espero que esto no termine aquí, porque me haces mucha falta.
Y ya sabes que siempre tengo a mano un paraguas que compartir contigo para que nada de lo que nos digan o hagan pueda salpicarnos.
Aquí, ahora, siempre a tu lado.