domingo, 30 de septiembre de 2012

Alguien más especial de lo que tú creias.


Dicen que las mejores personas aparecen cuando más lo necesitas. Y no se equivocan.  Las mejores cosas llegan de improvisto. Llegan y cuando llegan te das cuenta de que esas personas a las que hacía ya tiempo que conocías se convierten en un apoyo muy grande en tu vida, coges la costumbre de hablar con ellas, de llamarlas en una tarde de Sábado, cuando estás encerrada en casa, sin saber muy bien qué hacer. Allí están ellas. Diciendote que confíes, y a medida que pasan los días, las horas hablando, las sonrisas y los abrazos se hacen cada vez más importantes, más especiales y es cuando te das cuenta. Las quieres de verdad, te han llegado muy adentro y apenas han pasado dos semanas… Esos detalles te hacen ser más fuerte, te hacen ver las buenas cosas de la vida y que aún las mejores cosas están por llegar. Y a las pruebas te remites. Allí están esas personas, diciéndote que te quieren, que eres especial y te hacen sentir un cosquilleo y una sonrisa se te escapa, una sonrisa que no quieres que se te borre nunca.


Esas personas, son las mejores cosas que podrías esperar de una mala racha. Son un regalo y no quieres que acabe nunca. Esperas no ser solo un pasatiempo. Esperas que esa amistad que ahora crees que es muy pequeña, se haga enorme, tan grande que no te quepa dentro.