lunes, 14 de marzo de 2016

Wild horse

Soy una soñadora,
pero es difícil conciliar el sueño cuando sé 
que cuando despierte no podré hablarte y saber de ti.
He estado inquieta
porque desapareciste y 
eso me está superando cada día más.
La tierra está blanda y a cada paso que doy mis pies se hundes un poco más en la desesperación.
Hay esperanza aún? 
No sé cómo puedo. ¡Es de locos! 
Porque pensaba que nos conocíamos y ahora solo somos dos extraños. Tú odiándome y yo añorando cada detalle tuyo. 

Hay una ventana, por la que entra luz, pero yo no la alcanzo, 
permanezco en la oscuridad. 
Sin ti.
Esto no puede ser amor porque duele demasiado,
tengo que dejarte ir.

Voy a sobrevivir y ser la más fuerte.
No voy a pedirte que vuelvas.
Voy a seguir adelante y tú deberías saber que lo digo en serio. 

Recuerdo
cómo hablábamos tan cerca, me paraba en tu boca y el tiempo parecía no seguir corriendo.
Y las llamadas telefónicas que tan poco me gustaban pero que
duraban toda la noche, y ahí estaban los botes salvavidas que necesitaba cuando no estabas.
Mis cicatrices tienen que desvanecerse y acabar de estrellas fugaces.

No es renunciar, es dejar ir
y trasladarse a un lugar mejor.

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