miércoles, 20 de agosto de 2014

Blood

Había mucha sangre. Roja, espesa, reciente. Se miraba las manos buscando un sentido a todo lo que acababa de.ocurrir, con.los ojos muy abiertos y la respiración entrecortada. Pero derepente, toda culpabilidad desapareció cuando recordó a quién había matado y por qué. Se lo merecía, sí y ya estaba hecho, no había marcha atrás.
Había agarrado sus hombros, había mirado a los ojos a aquella persona en la que creía haber confiado y en un rápido movimiento, sacó un cuchillo de su bolsillo trasero del pantalón y se lo clavó una y otra y otra vez en su cuerpo, viendo la sorpresa y el miedo en sus ojos mientras balbuceaba palabras sin sentido. Dejó su cuerpo en el frío mármol y derepente sufrió una punzada de culpabilidad, pero no, no.

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