lunes, 6 de octubre de 2014

LOUD.

Reírte alto. Fuerte. Hasta que te falte el aire. Hasta que se te humedecen los ojos y lloras y mientras, sigues riendo, sin poder, ni querer parar y solo se escucha eso. Vuestras carcajadas mezcladas hasta tal punto que parecen una. Y no hace falta decir nada. Os miráis y seguís riendo. Viendo como se le dibuja una enorme sonrisa en la cara y se le achinan los ojos húmedos y rojos de tanto reir y llorar. Y que genial. Que sensación de que parece que nada malo ha pasado nunca. Solo existe ese momento. Esas carcajadas ensordecedoras que se te meten muy dentro y hacen que se te pongan los pelos de punta al recordarlo.

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