lunes, 13 de octubre de 2014

Sueña conmigo.

<<Te reiste un poco y seguí hablando de la misma idiotez para seguir haciéndote reír, entonces, me agarraste la muñeca, te paraste, riendote muy muy fuerte y sentí tus uñas, largas, perfectamente pintadas, hundiéndose en mi carne. Pero me dió igual, no me dolía, lo que me dolía era la cara de reírme, no de lo que había dicho, ni de ti, si no de felicidad. De verte reír así. Y tu risa se me quedó grabada dentro de la cabeza, como una canción que luego no puedes dejar de tararear. Y nos miramos mientras reíamos, directamente a los ojos, respirando casi a la vez. Y suavemente te aparté un mechón de la cara y me aproximé, entonces vi la desaprobación en tu mirada y yo te tranquilicé y te besé en la mejilla. Pero tú de repente, sonreiste y me diste un suave y cálido beso en los labios y sonreí.
Entonces empecé a escuchar vibrar algo. Y después una melodía y abrí los ojos. Estaba soñando. Mierda. "No me quiero levantar", pensé. Y me tapé la cara con las sabanas, deseando volver al sueño. Y deseé poder dormir eternamente para soñar contigo, para soñar que todo había salido bien, para soñar todo aquello que parecía tan real. Y resoplé de mal humor mientras me frotaba inconscientemente la muñeca donde, en el sueño, me habías agarrado.>>

No hay comentarios:

Publicar un comentario