miércoles, 20 de junio de 2012

Sigue siempre adelante.


-Tienen el nuevo libro de Carlos Ruiz Zafón?-
-Déjeme que lo mire…-La mujer del pelo ceniza, se elevó las gafas al tiempo que tecleó una serie de datos en el ordenador-…No, lo siento, se han llevado el último esta mañana, pásate la semana que viene, si quieres.-La mujer sonrió amablemente.
-Gracias.-La chica se colocó la mochila sobre su espalda, se puso el casco en la oreja que había vaciado para escuchar a la mujer y se giró para marcharse.-Volveré la próxima semana.
Pero no volvió. Y la mujer del pelo ceniza lo supo. Lo leyó en sus ojos ojerosos, negros y con indicios de que había estado largas horas llorando. Trató de ser amable, de sacarla una sonrisa, pero no lo consiguió. Conocía a aquella joven de hacía ya muchos años, la tenía cariño, era cliente habitual, y la dio lástima verla así de triste.
La semana siguiente la mujer leyó en el periódico la desaparición de una chica el 20 de Junio, justo el día después de ver a aquella chica en su local. Cuando vió la foto una sonrisa tristísima se la dibujó en la cara y susurrando un <<espero que hayas encontrado la felicidad que buscabas desesperada>>, dejó escapar una lágrima.

Aquella chica, se suicidó el 20 de Junio de 2012, tirándose por uno de los puentes de su ciudad. ¿Sus motivos? Ninguno lo suficientemente lógico para justificar aquella acción. Dejó una carta sobre su cama, antes de desaparecer, donde explicaba la causa de todo aquello, donde se despedía de sus amigos más cercanos y de su familia, dando las gracias de aquella manera por esos dieciséis años de vida.
Todos lloraron en su funeral, solo unos pocos aún la recuerdan y solo algunos ya la han olvidado.
Fue tema polémico durante año y medio y su tumba recibió flores casi todas las semanas, hasta que quedó en el olvido, rodeada de flores marchitas, como cualquier otra tumba del cementerio.
La joven decidió acabar con su vida por el simple hecho de no soportar la presión, tampoco tenía una mala vida, su familia la quería y la apoyaba y sus amigos eran buena gente con la que ella contaba para prácticamente todo, pero las cosas se torcieron y exageró su situación, creyendo que así solucionaría todo.
Ahora ella está muerta y nos acompaña a diario una vocecilla que nos dice que aunque se tuerzan las cosas, puede que, tarde o temprano sean rectas de nuevo.

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