Llueve. Es curioso ver como el día parece peor cuando hace este tiempo.
Hace humedad y sientes que te sobra todo. Pisas un charco, te mojas, te enfadas, miras la hora y ya vas tarde. Aceleras el paso, escuchas sobre la música que llevas a todo volumen, el pulso acelerado de tu corazón. Te paras en seco en un semáforo y la espera para que el muñequito verde salga, se te hace eterna. Estás calado hasta los huesos y crees que ya nada podría ir peor.
Tristeza. Rabia. Melancolía. Todo ello mezclado con el frio y el calor que sientes.
Sí, es curioso el como unas miles de nillones de gotas de agua sobre tu cuerpo pueden hacerte sentir tantas cosas.
Llegas a tu destino y justo, ves salir el sol, un poco de claridad asomando sobre el cielo gris. Y sonríes.
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