"-No quiero.
+Sí, sí quieres, si no quisieras no estarías mordientote el labio.
-No intentes comerme la cabeza.
+Precisamente la cabeza no es lo que te quiero comer.
Echó la cabeza hacía atrás y soltó una gran carcajada. Aproveché la confusión para lanzarme hacía su cuello indefenso. Un suspiro y una mirada me dieron la respuesta que quería. La besé. La tumbé y recorrí su cuerpo con mis manos. Se apoderó de mi, de todo lo que yo representaba. Se abalanzó sobre mi cuello, sobre mi oreja y me susurró al oido que yo tenía razón. Ella también quería. La excitacion y la tensión se palpaban en el ambiente. Un mordisco en mi labio inferior encencieron aún más todo lo que tenía que darla y mientras trataba de leer sus pensamientos con mis ojos sobre los suyos, me aparté apresuradamente y me di cuenta de aquel descontrol, pero me dio igual, estaba disfrutando".
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