domingo, 9 de febrero de 2014

Insane.

Llovía y estábamos dando clase de Educación física dentro del gimnasio junto con otra clase cuando derepente escuchamos un estallido cerca. Muy cerca. Sonó el timbre y salimos fuera del gimnasio, extrañados porque el timbre estaba sonando antes de tiempo. Estábamos ya dentro del instituto, subiendo las escaleras cuando escuchamos un disparo, un cristal al romperse y el sonido de un cuerpo caer escaleras abajo. Nos giramos y vimos el cuerpo inerte de uno de nuestros compañeros al pie de la escalera. Corrimos hacía el y mientras unos pocos se encargaban de intentar reanimarlo, en vano, salí acompañada de dos chicas más, al patio por donde acabamos de pasar al volver del gimnasio y pudimos observar un grupo de cuatro personas, vestidas de negro, con un casco alargado, que no dejaba ver sus rostros. Eran todos exactamente iguales, de la misma estatura, delgados, rectos. Como si fueran clones. Se movían al mismo tiempo apuntandonos con lo que parecía ser una escopeta, pero no disparaba precisamente balas. Nos dispararon. Nos pusimos a cubierto, escondiendonos tras los setos que estaban a los lados del camino. Dieron a una de las chicas que me acompañaban, matándola en el acto. Su cuerpo yacia en medio del camino y la otra chica y yo estábamos mirándonos a través del seto. Pude ver el pánico en sus ojos e intenté tranquilizarla desde la distancia. Los clones pasaron sin vernos y entraron en el instituto, disparando a todo aquel que se interpusiera. Los demás intentaron ponerse a salvo, otros pocos intentaron hacerles frente con mochilas, sillas y mesas. En vano puesto que aquellas armas destruían todo. Absolutamente todo. Uno de mis compañeros consiguió salir y reunirse con nosotras, que nos habíamos juntado, ocultandonos en un mismo seto. Nuestro amigo nos contó todo lo que había visto, a todos muertos, a unos pocos supervivientes que se habían escondido en la sala de las calderas, esperando que alguien les rescatase.
Trazamos un plan y nos pusimos en marcha. Nos volvimos a meter en el instituto y el silencio era abismal. Caminamos descalzos para hacer el menor ruido posible y armándonos con un par de sillas, conseguimos llegar a la sala de las calderas, allí estaban muchos de nuestros compañeros, pero eran pocos. Muy pocos. Anocheció y para entonces un batallón aéreo bombardeo el instituto, justo donde estaban reunidos los clones. Les destruyeron o eso nos hicieron creer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario