jueves, 27 de febrero de 2014

Tras su ventana.

Es curioso las grandes historias que puedes descubrir en una ventana.
Para unos es simplemente un objeto, para otros es una vía de escape, como aquel ladrón que se cuela por tu ventana para llevarse todo lo que pueda o ese pájaro que se posa en el alfeizar de la ventana en un día lluvioso en busca de refugio, o esa chica que fuma a escondidas, echando el humo por la ventana en un vago intento de no acabar apestando a tabaco... Piénsalo, las ventanas guardan cada una de ellas una historia a cada cual mejor y más interesante.
Es el lugar por el que ese joven vecino de enfrente te observa a escondidas o la muerte fácil para un trastornado suicida, es la claridad que se cuela en tu casa mientras te sientas a leer con el primer café del día en una mañana de verano e incluso puede llegar a ser tu metereologo personal, cuando te despiertas por la mañana y te asomas a ella para saber como hace fuera. También es, una de las mejores formas para pensar, para llorar, mientras ves como el mundo va cambiando y creciendo. Es, finalmente, una aventura que cada uno vive a su manera.

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