Somos tan solo un recipiente vacío, esperando que algo o alguien venga y nos enseñe todas aquellas cosas con las que nos podemos llenar. Vivimos en una continua espera, que poco a poco nos consume porque no llegamos a entender del todo, a qué hemos venido, cuál es nuestro propósito, para qué servimos...
Unos destacan y otros no, pero al fin y al cabo todos acabamos atrapados en una rutina de la que no sabemos salir.
Cuando pienso todo esto siempre termino llegando a la misma conclusión y es que el hecho de no saber nada, hace la vida más interesante, porque se supone que es un misterio que cada uno debe resolver a su manera.
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