jueves, 26 de febrero de 2015

Al respirar.

Duele tu ausencia. Y tus abrazos por la mañana. Duele todo. Y llueve afuera y llueve dentro. 
Dicen que no vale la pena pero cada día me cuesta más creerlo.
Me siento sola. Me despierto queriendo escapar para no tener que encerrarme seis horas con la angustia creciendo a cada minuto en mi interior. Cuesta caminar, pensar, escribir, atender a lo que los profesores dicen. 
Nada volverá a su cauce. Ni ahora ni nunca. Y duele la pérdida. La ausencia de personas que creías que se quedarían mucho más. 

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