martes, 24 de febrero de 2015

Tristeza, los amigos que perdí-Dorian.

Cómo duelen los sueños cuando no se cumplen, como cuando te vas sin avisar y no puedo hablarte una vez más.
Pero yo quiero que dejes que haga que tus dudas dejen de agobiarte. Aunque siempre te cierras a mí y se hace complicado. 
Y la tristeza que llevo dentro hace que no sepa explicarte cuanto lo siento. Y es que se acaba el tiempo y todas mis palabras se las lleva el viento y tú te vas con el.
Todo lo que éramos arde, todo se consume poco a poco. Quiero desarmarte para que puedas quedarte y dejar que te hable. Entonces salí
 en busca del tiempo perdido siguiendo el rastro de los recuerdos que fuiste tirando. Y me junte con gente que no podían compararse a ti y a tu don para hacerme reír como solías hacerlo. Y muchos me dieron clases para aprender a ver todo lo malo de ti. Y me hablaron del dolor y de que no merecía la pena. Que no debías importarme. Pero lo hacías. Vaya que si lo hacías. No sabía como cambiar eso para dejar de angustiarme cada día. Intentaron extirparme el dolor y el mal sabor que dejaste en mi garganta. Sin resultado ya que lo único que pondría orden a aquel desorden era dar marcha atrás y no cometer tantos errores que ya empezaban a pasar factura. Me dijeron entonces que no debían dolerme los amigos que perdí porque ganaría otros con el tiempo... Fue cuando me especialice en noches suicidas, confundiendo molinos con gigantes después de días sin dormir. Entonces escuché una canción que decía: "La venganza una flecha clavada, no hay nada más inútil que el odio, no hay nada más doloroso que el rencor" e intenté poder hacerte ver cuanta razón llevaban aquellas palabras... Pero no me atreví. No quise arrastrarme hasta ti de nuevo. Igual yo cometí errores, pero tu te portaste mal conmigo también.



  

 

 
 


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