miércoles, 2 de julio de 2014

Presente. Pasado. Futuro.

Se tatuó una frase de una canción de su artista favorito. Tenía 18 años y la vida entera en sus manos.
-¿Qué harás cuándo dejes de escuchar a este cantante?
Y él respondió sonriendo, mientras se acariciaba el tatuaje: no sé cuándo dejaré de escuchar su música, ni qué haré mañana, ni que pasará cuándo se muera y los estilos de música cambien. Tampoco sé que voy a comer el Domingo, ni si dormiré bien o mal esta noche. Solo sé que esto es para toda la vida y que cuando lo mire me acordaré de esa canción que vivirá eternamente en mi piel. Y puede que cuando tenga 50 años me arrepienta. O no. Quién sabe. Pero si me arrepiento diré con orgullo que fui un gilipollas.

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