domingo, 18 de enero de 2015

Cuando ya

Te vi y aceleré el paso. Me sonreíste desde la distancia. Cuando llegué hasta a ti nos abrazamos. Y me cogiste.
 Feliz. Se respiraba felicidad. Me diste felicidad. Demasiada. Se me escapaba del cuerpo. 
Me miraste y me sonreíste otra vez. Me encantaba ver como te alegrabas de verme y que bien lo demostrabas. 
Abrazos incontables en una noche improvisada. 
Cuando ya te das cuenta de qué significas es cuando de verdad vale la pena vivir en la vida real. 

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