lunes, 30 de enero de 2012

Capitulo II- Los sueños, sueños son.

Lunes 26 por la noche, en un lugar de la ciudad.
Todas las luces de la casa están apagadas, ni un solo ruido, ni un movimiento, tan solo una pequeñísima luz que sale de las sábanas de la cama de Irene, que permanece despierta, con el iPod entre las manos, pensando si tal vez, después de ese día tan agobiante, esa noche sueñe con algo que la saque una sonrisa al despertarse mañana por la mañana. Sí, desea soñar con Cristina, otra vez.
Apaga el iPod y se hace un ovillo en su pequeña cama, llorando, otra vez y con el corazón completamente roto  los parpados comienzan a pesarle y cuando se quiere dar cuenta, esta dormida, con las últimas lágrimas derramadas, secándose en su almohada y en su cara.

<<-¡No! ¡Para! ¡Aléjate de ella!-Grita Irene desesperada corriendo lo más rápido que puede hasta donde están Carolina y Cristina.
Se para a mitad de camino y se da cuenta. No sirve de nada luchar por alguien que te esta haciendo daño.
No deja de gritar y de correr, hasta caer agotada sobre el frío suelo del Campo Grande, dándose por vencida, ya que, por mucho que corra, por mucho que persiga su sueño, sabe que nunca la tendrá.>>


Irene se despierta sobresaltada, cogiendo aire lo más deprisa que puede, sollozando, sin saber muy bien donde esta y que es lo que pasa. Cuando se calma, se sienta en su cama e intenta recordar que es lo que la ha despertado... Ah sí, ya lo recuerda. Ha vuelto a soñar con ella. ¿Cuántas veces van ya desde que se conocieron? Ha perdido la cuenta... Y eso la agobia, no quiere ser prisionera de un mismo sueño el resto de su vida. Sabe que ya se la pasará, pero esta vez no es como la vez anterior, hace ya casi dos años, porque esta vez, Cristina es como ella.
Se levanta de la cama y camina hacia la cocina sin hacer demasiado ruido. Bebe un poco de agua y se lava la cara que aun guardan el curso de las lágrimas derramadas, quien sabe si durante el sueño.
Cuando regresa a la cama, no puede evitar recordar ese 7 de Septiembre.

<<Irene se muere de verguenza. ¿En que día se le ocurrió fiarse de Pati? Vale, que la tal Cristina esa es mona y tal, que según su amigo Nacho, que ya se ha liado con ella, besa muy bien y esas cosas, pero no puede evitar sentirse nerviosa. Es la segunda vez que se lia con una chica, no quiere volver a sentir lo que sintió cuando lo hizo por primera vez, tal vez porque la da miedo ser así o tal vez porque no quiere saberlo directamente. No lo sabe, lo único que sabe es que se muere de los nervios.
Pati la deja allí sentada en un banco en la penumbra de la Rosaleda y se marcha a buscar a Cristina. En menos de cinco minutos aparecen las dos y Cristina se sienta a su lado en el banco y Pati se marcha al banco de enfrente con su nuevo "amigo" Mario.
Irene sin dejar de mirar al suelo, espera que Cristina empieze a hablar, y así lo hace.
-Bueno haber, ¿que problema tienes tu con la Bisexualidad?-Empieza a decir Cris.
-¿Yo? Yo ninguno... Solo que no me gustaría ser así, nada mas.-
-¿Y eso por que? No hay nada de malo en serlo ¿eh? Es mas, ser diferente no es tan malo, Irene.
-Ya lo sé, mi tío es gay, pero no quiero serlo, simplemente, no hay ninguna razón en especial. No quiero ser diferente...-
-Irene, a veces es mejor ser diferente.-
-Bueno que, ¿va a pasar aquí algo o que?- Es la voz de Pati, que sin darnos cuenta se ha puesto de cuclillas delante de nosotras, mientras nos mira expectante.
-Sí, sí, ¡no metas presión Pati!- Responde Cristina riéndose. 
Pati se levanta y vuelve al banco donde ha dejado a Mario, sonriendo, satisfecha.
De repente, sus ojos se encuentran por primera vez en la oscuridad de aquella noche de verano y es Cristina quien la besa primero. Irene se deja llevar, se deja llevar como nunca antes lo había hecho, el pulso se la acelera y entre beso y beso su respiración comienza a ser entrecortada. 
-Irene...-Comienza a decir Cristina.
-No hables.-
Y sin dejar que Cristina responda, se adentra en un nuevo beso, esta vez más largo.
Irene la atre más hacia ella hasta conseguir que ella se ponga encima. 
-Irene, tranquila...
No responde, solo busca su boca, sus labios y sonríe. La encanta.
-Eres bisexual.- Sentencia Cristina, apartándose el pelo de la cara.
...>>


Irene se acuesta de nuevo en la cama y en silencio, llora de nuevo. Llora por alguien a quien quiere y a quien nunca podrá tener, nada más que en sus sueños.
Pero ya sabe lo que dicen: Los sueños, sueños son.



















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